Cambios importantes han traído consigo los avances tecnológicos en todos los ámbitos culturales en el mundo y como parte inseparable en México. Este año particularmente los medios de comunicación, tienen un papel nunca antes visto en la decisión del voto.

Dada la segmentación demográfica observada en el país, no es todavía el momento cumbre de estos medios el factor decisivo en los resultados electorales, más bien son elementos necesarios mas no suficientes. Factor que se desprende principalmente, de las tasas de adopción per capita; desde el acceso a líneas telefónicas, la lectura de periódicos, el teleauditorio en los debates y en particular el acceso a Internet.

Internet tiene intrínsecamente los elementos enunciados en los objetivos electorales: La Red salta los obstáculos que impiden el ejercicio de la democracia real, esto es el acceso inequitativo a los medios de comunicación.

El poder de la red, permite conectar a cualquier persona con cualquier otra y por ende la eliminación de las barreras de clases y jerarquías. Internet tiene ese poder, pero solo para los que navegan en ella.

En el caso de México, escasamente 2% de la población tiene acceso a ésta, lo que se traduce en un 5% del electorado si se ajustan los elementos demográficos de uno con otro.

Esto no significa que los avances tecnológicos no influyen en la interacción política y en particular de este momento en los resultados electorales.

Todos los contendientes han elaborado sitios virtuales, para la consulta del electorado. En estos se encuentra desde únicamente una imagen que se quisiera difundir hasta información referente a la plataforma y compromisos en distintos temas de la problemática nacional.

Navegando por estos sitios uno encuentra desde la pobreza de propuestas, que se quiere tapar con noticias de activismo día a día, hasta buscadores que en voz del candidato en cuestión, expone sus ideas por tema especifico, ofreciendo la promesa de enterarse del asunto de su elección en el momento que prefiera.

Aun así todavía, veremos pasar mucho tiempo para observar la interacción de los candidatos con el electorado, ya sea en chats o en contestar correos electrónicos con respuestas concretas a preguntas especificas.

La red ha sido fuertemente impulsada, por las sumas vastas de recursos canalizados a ésta, con la promesa de retornos en un futuro incierto, si tratamos de sopesar la importancia que le han dado los partidos políticos a ésta, en esta elección, es evidente que no le han dado un impulso mas allá de la elaboración de la folletería de difusión para un acto más.

En periodos electorales, las encuestas subrayan el papel de la opinión publica en el proceso de propuestas políticas, a su vez ilustran la importancia de la evaluación de la opinión publica por parte de los medios. Fundamentalmente las encuestas son una manera de percibir y reportar la opinión pública.

De igual manera cuando las encuestas son empleadas inapropiadamente, ya sea por fuentes y analistas tendenciosos, éstas pueden ser utilizadas para crear un exagerado sentimiento de precisión, que confunde más de lo que informa.

Las encuestas rutinariamente llevan a la gente a la campaña particularmente a grupos sociales apáticos y poco informados en los procesos electorales, los datos que arrojan las encuestas; podrían ser la única forma en la cual la persona se sitúe en medio del proceso electoral.

La ventaja de realizar una cantidad diversa de encuestas abiertas al público, es que las fuentes informativas no tienen que depender exclusivamente de organizaciones y líderes partidistas, los cuales sueltan información de manera cuidadosamente orquestada con fines e intereses particulares.

Dada la importancia que deslindan las encuestas en estos procesos, su evolución ha llevado a caer en la dominación de los medios estadísticos de alguna manera científicos, que llevan a la intoxicación numérica y falsas precisiones aparentes, donde se llegan a medir hasta décimas porcentuales, donde el error llega a ser hasta de 30 puntos porcentuales.

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